LA FORMACIÓN DE DIVULGADORES PARA MUSEOS DE CIENCIA

Elaine Reynoso Haynes, Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM.

RESUMEN

Dado que la divulgación de la ciencia es un campo muy amplio y multidisciplinario, todo divulgador se ve en la necesidad de especializarse ya sea por área de la ciencia, medio empleado o público al que se dirige. Por lo anterior, el programa que se diseñe para la formación de personas en este campo, dependerá del tipo de divulgador que se pretende formar y de la concepción que se tiene de la divulgación.

En este trabajo se mencionan los diferentes programas para formar divulgadores que ofrece la Dirección General de Divulgación de la Ciencia (DGDC) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y se presenta el curso de capacitación de anfitriones para museos de ciencia y exposiciones. Este programa ha evolucionado a lo largo de los años como resultado de la evaluación y la experiencia. Actualmente, es un curso teórico-práctico, con duración de dos años, impartido a estudiantes universitarios, en el cual se pretende ofrecer a los alumnos determinados conocimientos y habilidades para divulgar la ciencia a través del contacto directo con el público. La experiencia adquirida por los estudiantes durante su estancia en el museo sirve para iniciarlos en el campo de la divulgación de la ciencia y los provee de herramientas que complementa su formación profesional, cualquiera que esta sea.

LA FORMACIÓN DE DIVULGADORES PARA MUSEOS DE CIENCIA.

Elaine Reynoso Haynes

Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNIVERSUM, Universidad Nacional Autónoma de México
Entre algunos divulgadores de la ciencia y la técnica y sobre todo en los ambientes académicos, existe un debate que surge con frecuencia, ya sea de manera abierta o velada: ¿Quién debe hacer la divulgación de la ciencia? ¿El científico, el comunicador, un equipo interdisciplinario o un divulgador? y en el caso de un proyecto multidisciplinario ¿quién debe coordinarlo? ¿A quién se le puede considerar divulgador ? ¿Cuál es el camino para llegar a ser un divulgador? ¿Se llega a ser un divulgador a través de la experiencia o existe una formación profesional ? En este último caso, ¿cuál sería el curriculum? ¿Cuáles deberían ser los prerequisitos para iniciar esta especialización? A todas estas preguntas respondería que no hay fórmulas, depende del proyecto y de la concepción que se tiene de la divulgación. Para responderlas hay que tomar en cuenta:

– Cómo surge el proyecto.
– Cuáles son las funciones de la institución en que surge dicho proyecto.
– Con qué recursos humanos e infraestructura se cuenta.

En caso de que se considere que la formación profesional de un divulgador es factible, el programa que se diseñe para ese fin dependerá de este contexto.
Es claro que en este campo no se puede ser «todólogo», es necesario especializarse ya sea por:

-Tema o área de la ciencia
– Medio empleado
– público meta

Esta necesidad de especialización, así como las diferentes concepciones que se tiene de la divulgación, han generado una gran diversidad de propuestas. En algunos lugares se ofrecen cursos dedicados a un medio específico, como el escrito o periodismo científico o el cine y video científico. En otros se ven aspectos teóricos de la divulgación, en los cuales frecuentemente se exploran diferentes abordajes y enfoques. En otras propuestas, se considera que «la práctica hace al maestro» y que por lo tanto lo importante es que el futuro divulgador pueda trabajar al lado de un divulgador experimentado.

Otros cursos tienen una componente importante de administración de empresas porque se considera que el futuro divulgador posiblemente tendrá que operar un centro o museo de ciencias o se verá obligado a realizar actividades de relaciones públicas o de promoción. Pienso que tiene sentido preparar a los divulgadores en estos campos, porque es recomendable que la persona que se encarga de este tipo de actividades tenga una amplia cultura científica y que sea sensible a la labor del divulgador en lugar de que sólo tenga experiencia en administración o publicidad.

Debido a esta diversidad de necesidades y circunstancias en los que se desarrollan los proyectos, la Dirección General de Divulgación de la Ciencia (DGDC), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) cuya misión es divulgar la ciencia a través de todos los medios, ofrece diferentes cursos a las personas que desean formarse profesionalmente en esta actividad.

Uno de los proyectos más importantes es el Diplomado en Divulgación de la Ciencia que está próximo a convertirse en una maestría. Este es un curso con duración de un año, dirigido a personas con un mínimo de 80% de créditos en algunas de las siguientes licenciaturas: ciencias, ingeniería, comunicación, periodismo y docentes. El objetivo general es brindar las herramientas teóricas y prácticas para que el estudiante pueda ejercer la divulgación de la ciencia. Se espera que el egresado tenga la capacidad para realizar trabajo escrito de divulgación de la ciencia, de calidad profesional, que pueda ser aprovechado en algún medio de comunicación.

La DGDC cuenta también con un amplio programa de becas, para que alumnos de diversas licenciaturas puedan iniciarse en la divulgación. Para ingresar a este programa los aspirantes deben tener más del 50% de créditos y un mínimo de ocho de promedio en sus calificaciones. El tiempo de permanencia en este programa es de dos años, durante los cuales reciben una capacitación para incorporarse a algunos de los proyectos de la dependencia. Así, los estudiantes se convierten en divulgadores al involucrarse en alguna actividad profesional.

Los becarios son asignados a diferentes departamentos de la dependencia, tomando en cuenta de que carrera provienen, su experiencia previa (cuando existe) y sus intereses, así como las necesidades y la capacidad del departamento que los recibe. Así pueden irse adentrando el alguno de los medios empleados para divulgar la ciencia como: el escrito, la fotografía, la radio, los multimedios o el arte. Pueden aprender a planear y diseñar exposiciones o a desarrollar talleres de ciencia para niños, también aprender cómo utilizar los productos de la divulgación como un apoyo a la enseñanza formal. Sin embargo, dada la gran demanda, la mayoría de estos becarios quedan adscritos a alguno de los dos museos. con que cuenta la DGDC. Estos museos son: UNIVERSUM, en el campus universitario y el Museo de la Luz en el centro histórico de la ciudad de México.

Dedicaré el resto de mi ponencia a describir en que consiste el programa de becarios en los museos de ciencia. Para que un museo pueda transmitir su mensaje cabalmente y que sus objetivos se cumplan, es indispensable que todo el personal que en él labora y muy especialmente los que entran en contacto directo con el público, conozcan la misión, los objetivos, la historia del museo, la ubicación de las salas y todas las actividades que se ofrecen (Johnson, J., 1992). El personal que entra en contacto con el público incluye a los que contestan el teléfono, los voluntarios, el personal de la taquilla y el personal de vigilancia.

En cuanto al contenido del museo, el mensaje de la sala y de cada uno de los elementos que la componen a veces es insuficiente por sí mismo, sobre todo si se toma en cuenta que el público está compuesto por personas de todas las edades y de diferentes niveles educativos y socio-culturales. Por lo anterior, es muy recomendable contar con personas capacitadas que se ubican dentro del recinto mismo, que puedan orientar al público, apoyarlo, complementar la información, mostrarles como operar adecuadamente los equipos, ayudarlos a encontrar lo que les interesa, tomando en cuenta sus intereses y su nivel, en fin para enriquecer su experiencia y hacerla más significativa. En los museos de la DGDC estas personas son becarios y reciben el nombre de anfitriones. Los anfitriones pueden realizar otros tipo de actividades como dar demostraciones, charlas o realizar talleres de ciencia con los niños y los jóvenes. También pueden atender al público en exposiciones temporales montadas en nuestros museos, en exposiciones itinerantes que viajan a otros lugares de la ciudad y del país o participar en otras actividades de divulgación que se presentan en foros, congresos o ferias culturales.

Cuando UNIVERSUM se inauguró en diciembre de 1992, ya se tenía una experiencia de varios años con exposiciones temporales y parciales, éstas últimas se incorporaron a UNIVERSUM. En estas exposiciones se había contando con estudiantes que hacían la labor de anfitriones y se había visto la conveniencia de contar con ellos. Cuando estaba próxima la inauguración del museo se vio la conveniencia de que estos estudiantes contaran con una capacitación más sólida y estructurada.

Así, unos meses antes de que se inaugurara el museo se comenzó el proceso de reclutamiento y selección de anfitriones para UNIVERSUM, muchos de ellos habían participado en las exposiciones mencionadas. Unas semanas antes de que el museo abriera sus puertas al público, se les dio un curso introductorio, en el cual se tocaron temas como la historia del proyecto, sus objetivos, algunos conceptos elementales de la divulgación y una presentación de los contenidos del futuro museo. Aunque ya se conocían algunas partes del museo, puesto que estuvieron en exposiciones parciales, y se habían hecho algunas evaluaciones, no se podían tener un conocimiento más profundo del museo y de su público hasta que éste se abriera, por lo cualquier otro tipo de capacitación se tendría que hacer sobre la marcha. Cabe mencionar que cuando se abrió UNIVERSUM, los anfitriones recibían un salario que se fijaba de acuerdo a un tabulador en el cual, se tomaban en cuenta su curriculum y antigüedad.

Con el tiempo nos fuimos dando cuenta que un curso introductorio no era suficiente, que necesitaban un espacio para discutir, intercambiar experiencias, aclarar dudas. Los mismos anfitriones comenzaron a pedir otro tipo de capacitación, querían más orientación sobre cómo tratar a diferentes públicos, en particular a visitantes con algunas discapacidad. También se vio la necesidad de que además de conocimientos, requerían que se les ayudara a desarrollar ciertas habilidades. Así, a los pocos meses que se abrió UNIVERSUM la capacitación se convirtió en un curso teórico -práctico permanente. y los anfitriones dejaron de ser asalariados para pasar a ser becarios.
El número de becarios fue aumentando conforme se iban abriendo nuevas secciones del museo y el Museo de la Luz en noviembre de 1996. En un lapso de cuatro años se pasó de 70 anfitriones a 300. El curso tenía tres niveles: básico, intermedio y avanzado, cada uno con duración de un año. El curso tenía dos objetivos fundamentales: proveer al museo de personal capacitado para atender al público en el sentido más amplio e iniciar a estudiantes en la tarea de la divulgación. Para la mayoría, su paso por el museo fue algo pasajero, y muchos desertaban para poder dedicar más tiempo a sus estudios. Al final de cada año se hacía una evaluación como resultado de la suma de evaluaciones parciales y un trabajo final para determinar si el anfitrión debería pasar al siguiente nivel o no. De los años 1993 a 1996, pasaron aproximadamente el 50% del primer al segundo nivel y un porcentaje muy reducido llegaba al nivel avanzado. Este nivel estaba reservado para anfitriones, que habían tenido un desempeño sobresaliente y que habían mostrado un gran interés por la divulgación y que por lo tanto era conveniente conservarlos por un periodo mayor de dos años.

Estos anfitriones tenían más responsabilidades y apoyaban en la capacitación de sus compañeros. En 1997, la nueva administración de la DGDC, decidió terminar con estas categorías por considerar que generaba conflictos y envidias entre los anfitriones. Sin embargo, hoy día, varios integrantes de ese grupo avanzado ahora trabajan en algún sector de la DGDC.

Aunque los cursos fueron evolucionando como resultado de la experiencia, las necesidades y las opiniones de los mismos anfitriones, haré una breve descripción de los cursos impartidos durante el periodo de 1993 a 1997, puesto que es el antecedente de los cursos actuales.

Todos los aspirantes a anfitriones eran entrevistados personalmente, después de haber mostrado que cumplían con los requisitos de ingreso. Si el resultado de su entrevista era satisfactorio tomaban un curso introductorio a la divulgación de la ciencia con una duración de 15 horas. El propósito de este curso fue ofrecerles una visión elemental de la divulgación, en particular del museo como medio para divulgar la ciencia, que conocieran el museo y que supieran en que consistiría su labor como anfitrión. Se hacía una evaluación oral al final del curso y se decidía si eran aptos para ser anfitriones. Los seleccionados ingresaban al curso básico. Algunos de los aspirantes optaban por no continuar después del curso introductorio, lo cual resultó muy conveniente para ambas partes.

Como ya se mencionó, cada curso tenía la duración de un año. Cada anfitrión pasaba 20 horas semanales en el museo, de las cuales 16 eran prácticas en piso y 4 teóricas. En la parte teórica los contenidos fueron los siguientes:

En el curso básico :

– La ciencia y su discurso
– La importancia y los objetivos de la divulgación
– Aspectos conceptuales y operativos de la divulgación
– El museo como medio para divulgar la ciencia
– El museo como un apoyo a la enseñanza formal
– Capacitación específica de acuerdo a la zona de adscripción
– Los diferentes públicos que visitan el museo sus características y
necesidades, esto incluye a niños, adolescentes, adultos, grupos,
familias y discapacitados.
– Cómo adaptar el mensaje de la sala tomando en cuenta: su edad,
escolaridad, intereses, problemas de interpretación
– Seguridad

En el curso intermedio se profundizaba en los temas anteriores y se tomaban cursos optativos que ofrecía el museo y que podían elegirse de acuerdo a intereses personales del anfitrión por necesidad del museo. Algunos ejemplos de cursos optativos son: educación sexual, educación ambiental y desarrollo sustentable, física moderna y desarrollo infantil.

Los anfitriones avanzados tomaban cursos optativos y participaban en algún proyecto de divulgación. También, como ya se mencionó apoyaban en la capacitación de sus compañeros.

Cabe mencionar que ambos museos siempre han sostenido una relación estrecha con el sector educativo desde preescolar hasta el nivel medio superior. Durante el periodo de 1993 a 1997, esta relación consistió trabajar con los maestros previamente en la preparación de la visita al museo con su grupo. También se impartieron varios cursos a maestros, sobre todo del nivel medio superior para enseñarles cómo utilizar el museo como un apoyo a la enseñanza formal. Los anfitriones fueron capacitados para participar en este proyecto, y su colaboración fue de suma importancia.

En la población de anfitriones que pasaron por los museos durante el periodo mencionado se encontraban estudiantes provenientes de muy diversas carreras universitarias como: matemáticas, física, química, biología, ingeniería, pedagogía, ciencias sociales, diseño y comunicación. Al final de cada año, se hacía un trabajo final en el cual se fomentaban el trabajo interdisciplinario. Estos proyectos fueron los siguientes: a) la planeación y diseño de talleres de ciencia para niños, b) propuestas para el uso del museo como apoyo a la enseñanza formal y c) propuestas para visitas de público con alguna discapacidad.

La nueva administración que llegó a la DGDC en octubre de 1997 emprendió una reforma de este curso para los becarios anfitriones el cual también se ha ido modificando desde que se ofreció por primera vez en 1998. Sin embargo, en esencia, el contenido es el mismo y se describe a continuación. Cabe mencionar que este programa de capacitación de anfitriones está inserto en uno más amplio de capacitación de todos los becarios de la dependencia.

Dos veces al año se lleva a cabo un proceso de captura y selección de candidatos a becarios de la DGDC. Los candidatos, en caso de ser aceptados deberán tomar un curso introductorio de 40 horas: 20 de teoría y 20 de entrenamiento específico para el departamento o grupo al que fueron asignados. El objetivo es capacitarlo antes de que ingresen como becarios. En el caso de los becarios asignados a museos la parte teórica consiste en:

a) un panorama general de la divulgación (en particular en los museos).
b) atención a distintos públicos.
c) sus funciones y compromisos como becarios.
d) contenidos mínimos de la sala o sus funciones particulares.

El curso continuo tiene una duración de dos años, con un total de 160 horas, cursando 40 por semestre. En este curso se pretende que el anfitrión adquiera tanto conocimientos como habilidades. Está dividido de la siguiente manera.

(Todas las sesiones son de 2 horas.) Los módulos que se mencionan a continuación no están seriados y los anfitriones los toman cuando se ofrecen (dos simultáneos cada semestre).

1. Temas de divulgación.
1.a Introducción a la divulgación ( 5 sesiones ).
1.b Seminario de concepciones alternativas (según su área de asignación) (4 sesiones).
1.c Taller de redacción (9 sesiones).
1.d Medios de divulgación (12 sesiones).
1.e Enseñanza y divulgación (6 sesiones ) Total : 72 horas
2. Cursos de desarrollo humano.
2.a Análisis transaccional (6 sesiones).
2.b Trabajo en equipo (complementa el 2.a) Total : 12 horas.
3. Curso de divulgación para el cuidado de la salud, la seguridad y el ambiente. Total : 12 horas.
4. Cursos especiales para los anfitriones.
4.a Manejo de voz y expresión corporal (4 sesiones).
4.b Estilos de aprendizaje (4 sesiones).
4.c Atención a discapacitados (4 sesiones).
4.d Material didáctico (4 sesiones). Total : 32 horas.

La evaluación de cada módulo queda a criterio del responsable del mismo. Se requiere un mínimo de 80 % de asistencia para acreditar cada módulo. Se pretende que con este curso el anfitrión obtenga una formación integral como apoyo a su labor en la DGDC y a su vez una formación complementaria a su desarrollo profesional.

A lo largo de más de dos décadas, miles de estudiantes se han iniciado en la divulgación de la ciencia participando en diferentes proyectos y actividades del CUCC (Centro Universitario de Comunicación de la Ciencia de la UNAM) que posteriormente se convirtió en la actual DGDC. Algunas de estas actividades son: talleres de ciencia para niños, charlas, espectáculos, obras de teatro científico, exposiciones y museos.

La mayoría, esta experiencia fue algo pasajero en su vida estudiantil para después dedicarse a otras actividades profesionales. Independiente, de que camino hayan elegido, la mayoría comenta que la experiencia fue positiva: aprendieron de ciencia y de divulgación, convivieron con personas de otras disciplinas, ampliaron sus horizontes, adquirieron más seguridad en sí mismos, perdieron el miedo a hablar en público y en general se sintieron enriquecidos y mejor armados para enfrentar nuevos retos. Para unos cuantos estudiantes, su paso por los museos y las exposiciones, fue un elemento decisivo en sus vidas, descubrieron su verdadera vocación y tomaron la decisión de dedicarse definitivamente a la divulgación de la ciencia. Muchos de esos estudiantes son hoy, divulgadores consumados y muchos más están en camino de serlo.

BIBLIOGRAFÍA.

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Carmen Villavicencio. Evaluación del Programa Continuo de Formación de
becarios , Módulos I, II, III y IV. Dirección General de Divulgación de la
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febrero a mayo, 1999. *
Diplomado en Divulgación de la Ciencia, UNAM. Dirección General de
Divulgación de la Ciencia, Dirección de Vinculación, Subdirección de
Educación no formal.

* Evolución de los programas de formación de becarios de la Dirección General
de Divulgación de la Ciencia (abril 1998 a abril 1999).
* Johnson, J. (1992) . » Training is not Trivial «. A New Place for Learning
Science. ASTC. Washington, D. C., pags. 101-104
* «Los cursos para becarios de la Dirección General de Divulgación de la
Ciencia». Subdirección de Educación no Formal. Curso 1998-1999.
* Reynoso, Elaine (2000). El museo de las ciencias: un apoyo a la enseñanza
formal. Tesis para optar por el grado de Maestra en Enseñanza Superior,
Facultad de Filosofía y Letras. Universidad Nacional Autónoma de México.

Red-POP 11 AÑOS 1990-2001